Camila Vergara, psicóloga UFRO en Colombia: “Ser un buen embajador de tu país: lo que uno trasmite es la imagen que guardan las personas sobre nuestro territorio y costumbres.”

Camila Vergara Gallardo es Psicóloga titulada UFRO, oriunda de Angol, se erradicó en Temuco para realizar su Pregrado. Como nos relata, Camila ha tenido un gran interés por el área de la psicología infantil, es por ello que desde su egreso en el año 2011, ha continuado especializándose con el postítulo Modelos de Intervención en Abuso Sexual Infanto Juvenil, luego decidió hacer su formación como Terapeuta familiar de la Universidad de La Frontera, la cual es  parte del Magíster Especializante que lleva ese mismo nombre, del cual egresó en marzo de este año.

Actualmente se desempeña como profesional Voluntaria de América Solidaria Colombia. La cual es una institución de cooperación regional de origen chileno, que busca contribuir a la superación de la pobreza y la globalización de la solidaridad en América Latina y el Caribe, a través de profesionales voluntarios que prestan sus servicios durante un año en un país distinto al de su lugar de origen.

Dentro de sus hobbies  están las manualidades, viajar, cocinar, y las actividades al aire libre como andar en bicicleta y el trekking.

 

¿Cómo fue tu estadía en el Pregrado en la UFRO?

Mi estadía en la UFRO la recuerdo con cariño, creo que me ayudó montones a desarrollar un pensamiento mucho más crítico y a perfilarme como profesional a partir de ello.

Tengo muchos recuerdos de actividades culturales-sociales-políticas que vivimos en esa época que marcaron mi generación, en lo que se incluye el movimiento estudiantil. La formación fue un espacio de mucha participación, de conocer diversas realidades, fue además una época en la que conocí muchas personas y me pude nutrir de ello, ya que a parte de la calidad de la formación que me entregó la UFRO, siento que fue un plus encontrarme en esa diversidad de personas, eso sin duda fortaleció mi desarrollo personal y formación como psicóloga.

 

¿Tienes algún recuerdo o anécdota que nos pudieses contar?

En eso de las preparaciones para salir del país por el voluntariado, estuve haciendo un montón de trámites, además de estar terminando mi tesis de magíster,  y en eso llegó el día del examen, poco antes del viaje. Ese día, también era el último día que podía ponerme unas vacunas antes de salir del país y tuve que hacerlo, sin dudarlo. Fueron 3 dosis de una vez que me pusieron en la mañana de ese día martes y cuando di mi examen entre los nervios y la urgencia, por la tarde empecé con fiebre y tuve que estar ahí, estoica. Luego de salir de la evaluación me fui con mi familia a una comida y al terminar tuve que irme volando a tomar un bus, porque al otro día en la mañana tenía cita con la cónsul de Colombia en Santiago, para sacar la visa. Fue un día de locos ese, sin duda, pero valió la pena y todo resultó bien, menos mal.

 

¿Cómo te interesaste en el área de la psicología infantil? 

El trabajo con infancia me interesó tempranamente, considerando las posibilidades de plasticidad que tienen los niños y las oportunidades de cambio que surgen a partir de ello. Además, se sumaba la afinidad, que obviamente resulta un facilitador en el proceso de establecer vínculo terapéutico.

A partir de ese interés, durante mi formación en la carrera me empecé a acercar a espacios de voluntariado (Programa Adopta un Hermano) y creo que esa experiencia fue la que finalmente confirmó mi interés y desafió mi inquietud por seguir esta línea de trabajo. Esa experiencia fue super enriquecedora desde el vínculo que conformamos con el niño y la familia en la que me inserté, pero además fue una experiencia que me removió e hizo cuestionarme cómo es que las oportunidades que utilizamos no siempre están disponibles para todos, considerando en ello las tremendas desigualdades que se ven en el país y en nuestra región en particular, que demás está decir es la más pobres del país a nivel multidimensional.

Yo creo que ese acercamiento rompió mi imagen de la psicología tradicional y me planteó la necesidad de conocer nuevas formas de poder aportar desde mi disciplina, que tal vez en ese momento no tenía claras, pero que luego he ido perfilando de mejor forma, a través de mi experiencia laboral.

 

¿Cuáles fueron los factores que motivaron el querer participar de América Solidaria en Colombia?

Sin duda son muchos factores los que se unen, pero creo que el principal para mí en este caso era tener la oportunidad de conocer y ayudar desde lo que se y desde lo que soy. Tal vez suena cliché lo anterior, pero es una forma de devolver la mano ante las oportunidades de he tenido en la vida y una forma justa de compartir también lo que he aprendido a partir de ello. En eso, la idea de voluntariado, también era un desafío en muchos sentidos, por una parte de lo profesional de conocer otra cultura, otras políticas y otras formas de intervención profesional, pero por otra parte está el desafío personal que te proponen de vivir también en condiciones más austeras, siendo consciente de la realidad que se vive en cada territorio. Es un tremendo ejercicio ya, el sólo hecho de armar una maleta pensando que ahí va lo que “necesitas” para un año, pensando que dejas atrás familia, amigos e incluso otros trabajos, es lejos de las experiencias más potentes que he vivido.

Por otra parte, dentro de las razones por las cuales postulé a AS, está la idea de trabajar en infancia, porque siento que es una deuda social fortalecer este ámbito, desde todos los niveles de intervención y desde todas las áreas. Entonces, estar aquí en Colombia ha sido una posibilidad para ello, este país tiene una riqueza cultural tremenda y con ello una diversidad de población de distintos orígenes étnicos y socioeconómicos, donde emergen también situaciones y problemas que quizá en Chile no están tan latentes o se manifiestan de otra manera, como es el caso de los problemas nutricionales; en Chile se lucha por combatir la obesidad infantil y aquí hay comunidades indígenas donde mueren niños por desnutrición, uno no queda indiferente a eso, son realidades super fuertes que están mas cerca de lo que se piensa.

 

¿Cuáles han sido las experiencias que más te han marcado durante tu estadía en Colombia?

Yo creo que las experiencias que más han marcado mi estadía en Colombia tienen que ver con las movilizaciones que se están realizando en relación al cese la guerra interna que lleva más de 50 años. Hoy en día, hay campañas sobre el plebiscito que se realizará en octubre para que los ciudadanos elijan si están de a favor del acuerdo que firmó el gobierno con la guerrilla y que promete nuevas reformas, reparación e inclusión para las víctimas y también para los militantes. Ese tema es muy duro y controversial, es un tema que fragmenta a la población y las opiniones, cabe decir, están ligadas también al daño que ha vivido el país a partir de este conflicto.

 

¿Cómo fue tu adaptación a este nuevo país?

Mi adaptación a Colombia ha sido súper positiva, creo que no he tenido mayores dificultades para ello. Me encanta la diversidad cultural que hay acá; paisas, costeños, indígenas, afros, etc., las costumbres, los acentos son súper marcados por cada zona y se distinguen e identifican a partir de ello con mucho orgullo. Actualmente, vivo con mis compañeros de trabajo; son 5 colombianos y un haitiano que es mi compañero de misión. Ha sido muy enriquecedor eso, porque he aprendido montones de las cultura e idiosincrasia colombiana y eso ha sido un facilitador tremendo. Es súper nutritivo compartir con personas de distinto origen, hasta he mejorado mi español para poder entenderme mejor con mi compañero de América Solidaria que es haitiano jaja, en esta casa vivimos la interculturalidad.

“A partir de ese interés, durante mi formación en la carrera me empecé a acercar a espacios de voluntariado (Programa Adopta un Hermano) y creo que esa experiencia fue la que finalmente confirmó mi interés y desafió mi inquietud por seguir esta línea de trabajo.”

Fuente: América Solidaria